No me podía marchar de Córdoba, ese domingo, de la ciudad que sin pedírselo me ha dado tanto, sin volver a cruzarme la mirada con Él… para que en ése último instante, me diese fuerza, aliento y valor. Ahora estoy en deuda contigo Padre, ya seas Rescatado o derramando tu Gran Poder… Gracias por no abandonarme.
Comparto con ustedes este pequeño álbum del Resatado y su bendita Madre Amargura en sus pasos tras la salida extraordinaria.
Se nota que te gustó ehhh jajajaja… pues te digo lo mismo que en el otro álbum, ELLA me parece preciosa el Cristo una cara divina pero el pelo natural me cuesta trabajo… gracias niña, un beso.
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